martes, 18 de diciembre de 2007

¡Hay tardes que definitivamente son para el recuerdo!

hola, hola ¡y hola!

Bueno bueno:

Comprendo que había dejado este pequeño espacio algo abandonado estas últimas semanas, pero quiero revertir ese abandono constante ahora que me encuentro en condiciones más favorables para mí que antes.

Bueno, comienzo contando que desde hace algo más de una semana mi categoría social ha cambiado respecto a la que hostentaba hasta hace un mes al menos:

En primer lugar, pasé de ser soltera a no serlo, jeje (lo que sin duda alguna le da un cariz distinto a las diferentes situaciones y a las distintas circunstancias a las que me he tenido que enfrentar, a eso y a mi vida misma).
En segundo lugar pasé de ser una simple ciudadana natural a hostentar la categoría de ciudadana legal ¡lo que me parece altamente destacable!, a pesar de las distintas posturas que se han generado después de esta nueva e importantísima condición.
Y en tercer lugar, casi como el broche de oro que corona todo este historial de cambios que he vivido, ¡paso de ser estudiante del colegio a haberlo terminado y jugar hoy por hoy el papel de cesante!. Pues bien, no quisiera extenderme demasiado en el asunto de la licenciatura y todo eso porque, a decir verdad, aquellos detalles y procesos no revisten para mi la importancia tan grande y la trascendencia que suelen darle la mayoría de quienes, al igual que yo, los viven. No obstante sí menciono que marcan un cambio en esta tortuosa existencia, un cambio que espero sea para bien y me traiga menos complicaciones.

Ahora, cambiando radicalmente de tema ¡quiero referirme a aquellas tardes que no se olvidan y que, como dice el título, ¡definitivamente son para el recuerdo!:
Tengo que hacer notar que, al márgen de la música que se compartió, de la bella diplomacia con que siempre se tiene que contar, de la autoregulación y del aburrido y latero juego de la contención ¡hay avances!, básicamente porque el tiempo nos jugó muuuuuy a favor ¿cierto?, la diplomacia que nunca falla también contribuyó, pero lo más importante que se tiene que destacar aquí ¡es que el juego de la contención casi no se jugó, las reglas se obviaron y los límites se traspasaron!, sin duda un aliciente y un antecedente que servirá para lo que venga a futuro jeje.
Si, porque hay una sola cosa que tengo clara en estos días:

Las distancias se van a acortar, las barreras se van a romper ¡y la explosión libertaria vendrá irremediablemente!.

Termino esta seudo entrada con esta promesa, que espero no solo se quede ahí, sino que pueda, en un futuro cercano, pasar a formar parte de la combulsionada existencia de este ser humano.

Besitos para todos (pero especialmente para...!) jeje.

Chauu.